jueves, 3 de julio de 2008

¿Puede la espiritualidad ayudarnos a mejorar el mundo?

Esta es la pregunta que muchas personas ya han contestado afirmativamente. Mientras, en el campo de los movimientos que buscan el cambio social, mucha gente es aún reacia a considerar al menos esta cuestión. Y también en el campo científico hay miedo a planteárselo.

Pero lo cierto es que el viejo modelo de ciencia, que no cree en la sacralidad de la vida ni en una inteligencia mayor que la nuestra, ha fracasado en mejorar las condiciones de vida de las personas y en proteger el medio ambiente. Y los movimientos sociales, con su concepción de mejora social ligada al enfrentamiento, no han dejado de anhelar revoluciones que no llegaban, fracasaban, o eran derrotadas.

¿Puede ser ya la hora de incorporar a nuestro marco conceptual lo divino, y al ámbito del cambio social la armonía y la unidad?

Queda aquí planteado. Volveremos al tema.